La metodología busca que el bosque urbano crezca a mayor velocidad que uno tradicional y mejore la biodiversidad de la zona. Para esto es necesario utilizar especies nativas de la región en la que se esté plantando. Esto garantiza una mejor adaptación en el terreno y que resistan a los cambios climáticos. Adicionalmente, se busca replicar la densidad de un bosque normal, en donde en un metro cuadrado se encuentran de 3-5 especies. De esta forma se produce competencia por los recursos como el agua y los rayos del sol además de que se aceleran los ciclos de vegetación. Por otro lado, se busca fertilizar el suelo con materia natural como lo son las plantas descompuestas, ramas y troncos secos triturados, etcétera y otras enmiendas. Una vez plantado el bosque, logrará su autonomía al 3er año y la intervención del hombre, como el riego, ya no será requerida.
Pasos de la metodología
Beneficios
Comparemos un bosque Miyawaki vs. un bosque tradicional